December 6, 2024
En el primer capítulo del Libro de Lucas, leerá acerca de Zacarías y Elisabet. Ellos no tenían hijos; y oraron, oraron y oraron a Dios por un niño. Al llegar a ancianos, cuando parecía que Dios no les escuchó o no les concedería su petición, Él respondió sus oraciones y les dio a Juan el Bautista, el precursor del Señor Jesús.
¡Cuán benévolo fue Dios con Zacarías y Elisabet! La Biblia dice: «Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento» (Lucas 1:13-14). El pasaje continúa relatando cómo él iba a llegar a ser el mayor profeta, el último profeta del Antiguo Testamento. El Señor Jesús dijo: «Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista…» (Mateo 11:11).
Dios tenía un plan tan maravilloso. Dios estaba a punto de traer al Mesías al mundo, y el Mesías venía en el cumplimiento de los tiempos. Dios había estado esperando cuatro mil años para traer al Mesías al mundo. Jesús no vino ni un segundo más temprano, ni un segundo más tarde. Todo fue coreografiado y profetizado en el Antiguo Testamento, y Dios deseaba un precursor: Juan el Bautista.
A veces, nuestras oraciones son estratégicamente retrasadas para demostrar la gloria de Dios e impartir su gracia. Dios sabía exactamente lo que hacía, pero Zacarías no lo sabía. Elisabet no estaba al tanto: no en esa ocasión, pero Dios sí sabía.
Al leer el pensamiento de hoy: Agradézcale a Dios por siempre preparar el camino para que le sirvamos. Pídale que le ayude a encontrar el plan que Él posee para su vida.
© Profundice al escuchar: EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE - Sal.128:1-6 (Q1782) https://youtu.be/vmuFD6SRw10
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