Septiembre 28

«Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera REVELAR»

TESORO BÍBLICO

Cuando Dios condescendió para darse a conocer a nosotros, la Biblia llama a este acto «revelación». El Infinito REVELÁNDOSE a lo finito. Ahora, ¿cuál es el agente de esta revelación? El Espíritu Santo. Sólo el Espíritu Santo conoce la mente de Dios y busca las cosas profundas de Dios. Usted y yo no podemos conocer a Dios, aparte de lo que el Espíritu Santo nos revele acerca de Él.

En Isaías 55:9 leemos: «Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos».

Incluso en el plano humano, la única manera de conocernos mutuamente, es cuando en forma personal nos «revelamos» el uno al otro. Y la única manera para el HOMBRE de CONOCER a Dios, es que Dios mismo se le REVELE. ¡Alabado sea Dios porque escogió hacer eso!

PUNTO DE ACCIÓN

¿Cuán bien conoce usted a Dios? ¿Cuán bien usted quiere conocerle? Una forma de saberlo es sumando los períodos de tiempo que usted invierte para conocerlo. ¿Cómo se compara eso con la cantidad de tiempo que usted pueda tomar tratando de conocer a su novio o novia, o en pasatiempos, o aprendiendo cómo jugar un juego? Amigo(a), ¿en dónde está su pasión?

© Devocional de los mensajes del Dr. Adrián Rogers - Ministerio www.ELAmorQueVale.org - Love Worth Finding www.LWF.org
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